Para las fiestas decembrinas mexicanas: galletas, dulces y más

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Karen Hursh Graber

Mexican Kitchen

En México, diciembre es un mes de celebración. En tiempos prehispánicos, los Aztecas festejaron la llegada del solsticio de invierno, uno de los dos días más importantes del año. (El otro era el solsticio de primavera.) Después de la conquista, se integraron nuevos festejos al calendario, fechas alegres en donde los platillos y dulces tradicionales no pueden faltar.

Antes de la llegada de los europeos, los mexicanos no horneaban pan y galletas como los de ahora. Pero sí preparaban dulces con amaranto y semillas de calabaza, utilizando miel o el jarabe del maguey, maíz, o fruta de cactus. Los populares dulces de amaranto, conocido como “alegrías”, tienen su origen en las figuras de los dioses que se elaboraban en tiempos prehispánicos como una forma de comunión. La tradición culinaria española heredada de los moros vino a ampliar el repertorio mexicano de dulces. Los españoles introdujeron confites hechos de semillas de ajonjolí, nueces y almendras, incluyendo el turrón, un dulce de nueces que es especialmente popular durante las fechas navideñas. (El turrón es un regalo siempre bien recibido en México en ésta época del año.) Una selección de dulces, individualmente envueltos en papel celofán de colores, hace un complemento muy tradicional a un buffet de postres o charola de galletas.

La época de celebraciones comienza con el santo de Nuestra Señora de Guadalupe. La patrona del país es visitada por miles de peregrinos en su basílica en la ciudad de México. El 12 de diciembre, y por varios días antes, los peregrinos y sus hijos se reúnen en el atrio de la iglesia, donde más de 150 vendedores de comida se ocupan de nutrir a la multitud. Aunque muchos pequeños “Juan Diegos,” con sus bigotes pintados, van por algodón de azúcar, otros disfrutan los “hotcakes” hechos con harina de maíz y cubiertos con jarabe dulce de fruta.

Otro bocadillo popular en esta época del año es la grande fritura conocida como un buñuelo. La tradición de comer buñuelos es más conocido en Oaxaca, donde los vendedores de buñuelos se instalan en el Zócalo en los días antes de Navidad. El 24 de diciembre, el desfile conocido como “Las Calendas” llena las calles con carros alegóricos de las diferentes colonias de la ciudad. Participan figuras gigantes de papel maché con gente bailando dentro de ellas, y otras personas llevan marmotas, esferas translucidas de papel encendidas desde adentro y cargadas en un palo. Todos ellos se unen en el Zócalo para comer buñuelos con jarabe. Se sirven en platos de barro que son lanzados al piso después de que se come el dulce, esto para traer buena suerte el próximo año.

Las comidas fritas también tienen importancia para aquellos mexicanos que celebran Hanukkah. Al igual que en otros países, el milagro del aceite perpetuo en las lámparas del templo se conmemora no solamente con lattkes de papa, pero con una variedad de frituras dulces. Las donas rellenas de fruta y los buñuelos forman una parte importante del menú, especialmente en la ciudad de México, Monterrey y Tijuana.

La mayoría de los mexicanos celebran la navidad con una gran cena familiar en casa en la noche del 24 de diciembre. Pero la temporada en sí es muy festiva durante las posadas, del 16 al 24. Estas son celebraciones de colonia que reúnen amigos para interpretar el viaje a Belén de San José y la Virgen María. Por lo general se sirven tamales dulces, ponche navideño de frutas invernales, y galletas, además de los dulces, fruta y nueces que caen de las piñatas cuando se rompen.

Al igual que la navidad, el Año Nuevo se celebra la noche del 31 con una gran cena familiar. Se comen las tradicionales 12 uvas durante el primer minuto de la medianoche para hacer los deseos realidad. Pero las uvas son solo una pequeña parte del banquete de varios tiempos. Nueces garapiñadas, que son nueces cubiertas de dulce, se venden en puestos de todas las ferias regionales. Pueden aparecer en las charolas de fruta, nueces, aceitunas y otros bocadillos que suelen acompañar todo, desde bebidas hasta postres. También es probable que se sirva rompope, una rica bebida parecida al eggnog. (Para más información sobre rompope, al igual que recetas, vea Rompope: Mexico’s Holiday Season Beverage.

Después del festín nocturno, el 1º de enero es posiblemente el día más silencioso del año en la mayoría de los pueblos y ciudades de México. Los negocios permanecen cerrados mientras todo el mundo se queda en casa recuperándose de la abundante cena. En varios pueblos indígenas, los nuevos líderes tribales toman el poder en éste día. La población zapoteca de Teotitlán del Valle se reúne en las sagradas cuevas llamadas Cuevita del Pedimento para comer. Muchos llevan parillas portátiles y dulces para los niños, incluyendo nicoatole, un confite de maíz, azúcar y canela.

El último día de festejos es el Día de Los Reyes, dedicado a los tres reyes magos quienes llevaron regalos al Niño Dios. En familias tradicionales, los niños reciben sus regalos el 6 de enero, pero hoy en día, algunos también reciben regalos en navidad. En muchos pueblos mexicanos, los patios y las salas de las casas con vista a la calle se convierten en jugueterías llenas de triciclos, camiones de juguete de todos tamaños, y casi cualquier juguete sobre ruedas. Los vecinos caminan por las calles haciendo sus compras de última hora y llevando rosca de reyes, el tradicional pan dulce de levadura, a casa. Un pequeño muñeco que representa el Niño Dios se esconde dentro de la rosca. La persona que descubre el muñeco en su porción de pan tiene que pagar los tamales para el Día de la Candelaria, el 2 de febrero, considerado el fin de la temporada navideña en muchos países latinoamericanos.

Las siguientes recetas son perfectas para estos días festivos, y las galletas y dulces son excelentes regalos. Cuando haga dulces, siempre mueva la masa con una cuchara de madera, de preferencia una en forma de remo. Con la supervisión de un adulto, los niños pueden preparar muchas de estas recetas, especialmente los dulces de semillas y nueces. Se puede congelar los dulces de 7 a 10 días. Si desea preparar las galletas con anticipación, es mejor congelar la masa cruda para así obtener galletas más frescas. La masa puede guardarse en el congelador hasta 6 semanas.

Published or Updated on: December 1, 2007 by Karen Hursh Graber © 2009
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